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Vivimos en una crisis económica permanente y las cosas están cambiando radicalmente, así que, con este post, busco inyectarte un chute de positivismo “racional”. Para ello voy a compartir la filosofía de uno de los positivistas más grandes que conozco, Juan Carlos Vidal, cada vez que hablamos me cuenta una nueva historia que me inocula optimismo.
Una de mis historias favoritas es la del hombre que se encontraba subiendo una montaña muy alta y quería llegar a la cima. El camino era tremendamente empinado. Este hombre estaba muy bien entrenado, todas las mañanas corría varios kilómetros y jugaba una vez a la semana al padel. Se encontraba en muy buena forma. Comenzó su ascenso hacia la cima con buen paso. Los primeros veinte minutos se le hicieron cada vez más difíciles, incluso, tenia que detenerse cada cierto tiempo para recobrar el aliento.
A los cuarenta minutos de caminata cuando el sendero se tornó extremadamente empinado, casi como si estuviera ascendiendo en sentido vertical. Las piernas le ardían y le palpitaba el pecho. Continúo su camino y al subir un enorme risco, tuvo que detenerse a recobrar el aire. Pensaba: Si me faltan otras dos horas como ésta no sé si lo lograré.
Hasta ese momento no había encontrado a nadie en su camino. De pronto, un hombre mayor apareció descendiendo de la montaña, parecía fresco y tranquilo. Al pasar, le dijo algo que cambio por completo el punto de vista de nuestro protagonista. Sonriendo amablemente le dijo con voz tranquila: “Estás mas cerca de lo que crees”.
Al oír esas palabras, se sintió rejuvenecer, como si le hubieran infundido un soplo de vida a sus pulmones, sentía como la energía recorría todo su cuerpo, las piernas se tornaron mas fuertes, le invadió un segundo aliento y de ahí en adelante, con cada paso, fue repitiendo esas palabras de animo: “Lo lograré, estoy más cerca de lo que creo” Aunque sus piernas no daban mas el hombre seguía repitiéndose, “Ya casi llego a la cima, sé que lo lograré”. Y así fue; sólo diez minutos después, llego a la cima y pudo disfrutar de aquel magnifico panorama: La cumbre.
Amigo lector, el éxito no se logra con cualidades especiales. Es un trabajo de constancia, de método y de organización. Si estás empezando el camino hacia tus objetivos, comienza con animo y con la convicción de que quieres cambiar las cosas, las tuyas y la de tu entorno, trabajando con constancia, preparándote e inyectándote ganas, ya que con cada paso estas mas cerca de alcanzar tu cumbre.
Si en cambio ya empezaste tu camino, acércate a aquellos que ya lo han recorrido y que pueden ayudarte a que veas cuanto te falta y como hacerlo más fácil. Ellos te dirán lo cerca que puedes estar de la cumbre. Puedes contar conmigo, estaré gustoso en poderte ayudar, te invito a que me escribas a ventasdealtooctanaje2010@gmail.com.
No sé hacia dónde vas, ni cuales son tus objetivos, ni cuantos obstáculos tendrás que superar. Pero te animo a que juegues duro en el terreno que quieres jugar y sigue tu plan. Si quieres mejorar tu situación actual, puedes empezar por algo sobre lo que tienes control: tu mismo.
Las personas basan sus objetivos en lo que creen que son. Si te vez a ti mismo como un perdedor o como alguien que no puede llegar, seguramente establecerás objetivos poco ambiciosos y no llegaras a la cima. Tus pensamientos influyen en tu estado de ánimo, éstos en tu comportamiento y, finalmente, éstos son los que generan resultados. Si piensas que éstas mas cerca de lo que crees, optaras una actitud positiva que te llevará a buscar lo que necesitas y a moverte, para buscar personas y empresas que te ayuden, prepararte mejor, posicionarte, motivar a tu equipo, etc. Sigue caminado, continua moviéndote, no te detengas, que cada vez estás mas cerca de llegar.
Publicado originalmente el 24 septiembre 2011, actualizado el 1 septiembre 2023
